lunes, 29 de octubre de 2012

LAS DECISIONES EN LAS PYMES. UN SALTO EN PARACAIDAS

No he tenido la experiencia de saltar en paracaídas. Solo en una oportunidad,  a modo de entretenimiento y con alta seguridad, me arroje en un trapecio de un circo, en el transcurso de unas vacaciones que disfrutaba con mi hijo. La sensación de caer al vacío es estremecedora y por momentos paralizante.

Pensé que algo similar puede ocurrirle a quien debe tomar ciertas decisiones en las PYMES. Esto me llevó a hacer un paréntesis en el relato del proceso de  Planeamiento Estratégico, y tratar de analizar que cosas le suceden al empresario, y ocupan su mente y su tiempo, en el desarrollo de sus múltiples tareas.

Muchas veces se le acercan a los empresarios propuestas o soluciones técnicas, que no siempre son aceptas o recepcionadas por ellos. Las razones de estas no aceptaciones son muchas y variadas. Pero quizás exista un denominador común de todas ellas. El empresario, tal vez, no requiera soluciones técnicas, sino de otra naturaleza.

Cual será la valoración otorgada a una alternativa de solución, sin un razonable entendimiento de lo que le pasa al que la recibe. Sin conocer cuales son las cosas que realmente le gustan, cuales las que le disgustan, a que le asigna realmente valor. Que problemas hoy le preocupan, desde cuanto tiempo  tiene asuntos sin resolver, cuantas veces intentó soluciones y no pudo lograrlas. Sabe y reconoce sus barreras para comunicarse con su gente.    

Lo importante en todas las situaciones antes descriptas, no es la situación en si, lo que le pasa al empresario, sino que hacer con eso que le pasa.

La situación se vuelve más compleja, tanto en su análisis como en su solución. Será necesario poder generar una herramienta que permita campear el temporal. Esta puede ser un espacio, donde los hechos expuestos, y tal vez algunos otros, puedan ser analizados y reflexionados. Cada uno, el dueño, fundador y gerente general de una PYME, o algunos de sus funcionarios, deberán encontrarlo. Este espacio podrán conformarlo con colegas, amigos, asesores o expertos en el tema. Cualquiera de las alternativas elegidas, deberá respetar un principio, será un espacio armado y desarrollado fuera del

ámbito de las operaciones que realizan diariamente. En lo posible en un lugar físico distinto de su lugar habitual de trabajo.

El mantenimiento de este espacio, el desarrollo del hábito del análisis de las distintas situaciones a resolver, de la escucha propia y del otro, pueden contribuir a generar situaciones de mayor entendimiento y comprensión, acerca del trabajo que realiza el empresario. Quizás también disminuya la incertidumbre frente a las decisiones, y se reduzca la sensación de un salto al vacío como si estuviera practicando paracaidismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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